Abriendo los ojos

y aprendiendo... La verdad es que la fase de aprendizaje es de las que más me gustan. Antes de ponerte manos a la masa, investigas, chafardeas en las creaciones de otros, te empapas de ideas, y eso me encanta. Hay tantísima gente con talento, ya no solo me refiero a que consigan resultados increiblemente bonitos, sino a las ideas que tienen. Hay una chica que hace unas flores, muy sencillas pero super bonitas, reciclando rollos de cocina!. Con esto que quiero decir? Pues yo que sé, que realmente la formula exacta no existe, que los ingredientes para conseguir algo perfecto los pones tú y eso se consigue a base de experimentar, probar y abriendo los ojos. Y lo digo en sentido literal y figurado también: hay que abrir los ojos para observar bien todo (TODO, nunca sabes donde puede llegar la inspiración o, por poner un ejemplo, el momentazo para una foto impresionante te llega a veces cuando vas a buscar el pan) y abrir los ojos en cuanto a tener la mente dispuesta a todo, lo nuevo te ofrece nuevos horizontes (pongamos el caso de los viajes, viajar te ofrece nuevas perspectivas de las cosas, pruebas nuevos sabores, y conoces gente que de otra manera no hubiesen aparecido en tu vida) y lo que ya conoces puede seguir aportandote cosas extraordinarias (el ejemplo de la chica que hace flores de papel), solo hay que estar alerta para poder recibir las ideas, la inspiración, las musas, como queráis llamarlo.
Los martes voy a clases de pintura sobre tejidos y desde que voy allí (además de aprender muchísimo de Angelina, una mujer que lleva toda su vida dedicada a la pintura) tengo los sentidos puestos en los colores (qué difícil es dar color a un dibujo. Hay gente que tiene tanta mano que parece que en cualquier momento el dibujo vaya a hablarte, impresionante. Mario sabe de que hablo, ¿verdad?).
En fin, antes me quejaba de ser aprendiz de todo y maestra de nada, pero ¿sabéis qué?, ahora me encanta, aprender de todo es fantástico y te da muchísima energia.

Voy a seguir con los ojos abiertos.